02 julio 2022

fiesta de la lavanda a casa nora



Italy icon
Al inicio de esta aventura, les hablé de mi pasión por la Lavanda , transmitiéndoles cuáles fueron mis experiencias en el campo, así como las informaciones adquiridas a lo largo de los años sobre  sus propiedades ; haciéndoles partícipes en la realización de  aceites, agua y sales de lavanda; de bolsitas y almohadillas para perfumar los armarios; sin hablar de las recetas para hacer el vino y el helado a la lavanda  y esperando, tarde o temprano, de publicar la receta de una exquisita mermelada con estas versátiles flores. 


Imagínese la alegría que sentí cuando supe que, en el pueblo que me ha adoptado, había una fiesta enteramente dedicada a la Lavanda, específicamente, en la finca Casa Nora.
¡Qué exaltación sentí caminando en un océano violeta, sumergida y embriagada por su perfume, sintiéndome en Provenza! Sí, es verdad, los campos que estamos acostumbrados a ver en esas áreas son mucho, pero mucho más grandes, pero cuando sueñas, ¡siempre sueñas en grande!


Volviendo a poner los pies en el suelo y observando el alrededor, entre todas las variedades  de insectos que banqueteaban entre pólenes y néctares, esta cortés mariposa estaba tan dispuesta a ser fotografiada en toda su majestuosidad mientras continuaba a alimentarse.  
Y, sin que yo me diera cuenta, mi amiga Maribel también me inmortalizó. ¡Y aquí estoy, publicando una fotografía mía por primera vez!
Mejor volvamos a la mariposa, a la lavanda y a este agradable día.




Existe una grata emoción en conocer a otras personas que comparten nuestras pasiones y con las que se puede aprender y aumentar los conocimientos. 
Lamento no haber podido participar en los talleres de cosmética natural que se realizaron durante los tres días del evento. Asistiendo en cambio, a las historias   
acerca la lavanda sostenidas por la exquisita anfitriona Paola Vellaccio quien, entre los diversos cuentos, leyendas e historias,  nos conmovió contándonos la magia del nacimiento de los campos de lavanda en su tierra. Porque si es cierto que Lavandula derramó sus lágrimas sobre las áridas colinas de Provenza, ella hizo lo mismo, compadeciéndose de ver el río Nora tan seco.
Antes de partir nos enseñó a hacer espléndidos husos de lavanda, unos más sencillos, heredados de su familia, otros más elaborados.
A partir de entonces, la velada se iluminó y se llenó de notas,  entre las mesas dispuestas  en el jardín para cenar y...
¡¡¡ESTA ES SÓLO LA II° EDICIÓN!!!
    

No hay comentarios.:

Publicar un comentario