Si piensan que, en estos días, he estado en la cocina ocupándome solo de mis hortalizas se equivocan totalmente; porqué del otro lado de la casa estaba trabajando en mi laboratorio herborístico, para rellenar mi botiquín de medicinas alternativas.
Esta es una temporada donde la vida está en pleno fervor y se cosecha lo que se ha sembrado sea en el huerto que en el jardín y es ahora que hay que preparar las reservas para el invierno.....en este periodo el trabajo no falta nunca!!!
Junto con la mayorana, la melisa y otros, he recogido las flores de lavanda, planta de infinitas propiedades e utilizos, les cuento que he hecho con ella más allá que las almohadillas perfumadas para los placares:
Aceite de lavanda: Puse en una cacerola el aceite de oliva a calentar a fuego lento por algunos minutos. En un recipiente de vidrio puse la flores frescas de lavanda, en la proporción de 2 tazas de aceite (500 ml.) y 1 taza de flores (30 gr.), y le volqué encima el aceite caliente. Con mucho cuidado, agité cada tanto el recipiente cerrado con una tapa de corcho, hasta cuando no se enfrío; filtré y coloqué el aceite obtenido en frascos oscuros siempre con un buen cierre hermético. Etiqueté los frascos y le anoté la fecha en que lo he preparado...... y listo para ser usado.
Ahora tengo que hacer la prueba con el aceite de almendra, que como intensidad de perfume es mucho más suave del aceite de oliva y tendría que exaltar más el perfume de la lavanda.
Agua de lavanda: Puse, sobre el fuego, una cacerola con 1 litro de agua; una vez que hirvió le agregué 30-50 gr. de flores de lavanda (pueden también ir bien aquellas secas), apagué la llama, cubrí y dejé descansar por 10-15 minutos, a la fin filtré y la embotellé, seguramente para utilizarla entre pocos días......tengo que descubrir si dura del tiempo teniéndola bien cerrada; la primera vez hice poco para ver que resultado obtenía y la consumí rapidamente!!!
Sales de baño a la lavanda: Puse, en un recipiente de vidrio, la sal marina y las flores de lavanda, en la proporción de 1 taza de sal y un poco menos de ½ taza de flores (10 gr.), mezclé bien y le añadí 10 gotas de aceite de lavanda y 3-4 cucharadas de las flores que me han sobrado del aceite apenas hecho (después de haberlo filtrado), no me gusta desperdiciar nada, menos que menos lo que es precioso!. Mezclé bien nuevamente todo y puse las sales en recipientes con cierre hermético, dejando descansar por un día antes de usarlo.
Dado que tenía sales de baño al musgo blanco los he usado en el lugar de la sal marina siguiendo el mismo procedimiento ......de este modo tengo dos tipos distinto de sales.
He leído que se usa también la sal inglesa mezclada a la sal marina........como en todas las cosas hay infinitas variantes a lo que se puede hacer.
Y con estas sales les auguro un........
BUEN RELAX!!!!!!!
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