Curioseando

Porqué curioseando?! porque les contare y los dejare entrar en mi mundo con sus costumbres, con su folclore, con sus tradiciones y al mismo tiempo con mis costumbres, con mi folclore, con mis tradiciones.....

Vivo a las afueras de un hermoso pueblito, en colina, de 1.500 habitantes, más o menos, donde nos conocemos todos y cada uno es llamado por su apodo. Cuando vine a vivir aquí, años atrás, me parecía todo muy extraño, era como volver atrás en el tiempo: eso de ir al almacén y encontrar las mujeres charlando sin ninguna prisa como si fuera un domingo y estuvieran sentadas en un café; eso de parar el auto en medio de la calle para hablar con un amigo que estaba yendo a pie, sin preocuparse absolutamente de los autos que están atrás! y la cosa más linda es que a nadie se le ocurriría de tocar la bocina!; eso de ir a comprar en un negocio, dejado abierto, y esperar al dueño que se fue al bar a tomar un café!, y porque no, ir directamente al bar a buscarlo pagándole el café!; eso de regresar a casa para almorzar todos juntos y de tener la suerte de dormir una linda siestita!; eso de......... entré en todo otro mundo, donde tuve que aprender a no correr tanto y a tomarme la vida con calma y a considerar tantos otros valores importantes para vivir. Donde tuve la suerte de conocer personas que viven a completo contacto con la naturaleza amándola y respetándola, que acarician la tierra porque saben que es ella que les da la vida; personas que poseen un bagaje de vida trasmitido de generación en generación, cultura que se perderá con ellos, dado que también aquí esta llegando la "civilización".



Les contaré la realidad de esta pequeña parte de Italia del centro-sur, el Abruzzo, rodeada por los Apeninos y sus altas cimas del Gran Sasso y de la Majella, mirando el mar Adriatico que tenemos de frente. Decía que les contaré "esta realidad" dado que es suficiente recorrer pocos km. a su alrededor para ver otras realidades muy distintas que varían de pueblo en pueblo, ni hablar si llegamos a las ciudades! Donde no solo cambian costumbres, comidas, vestimentas y tradiciones ( ya en muchas ciudades perdidas), cambian también los dialectos.

Les haré curiosear a mi alrededor y más allá también:


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