Un poquito antes que comience la primavera, unas de las primeras flores en alegrar nuestro jardín es el narciso, que no solo posee flores sino más bien tantas, pero tantas hojas!!!! y, una vez desflorecido, estas quedan por desvariado tiempo antes que se sequen.
Cuando llegué a la Granja no tenía tantas nociones ni de jardinería ni de huertos (no que ahora tenga como para regalar!!)... con el tiempo, en cambio, he comenzado a hacer experiencia también sobre los mismos errores que hacía. Uno de estos era mi contacto con las bulbosas las cuales, una vez terminado su ciclo vital, dejaban un vacío sea en las macetas que en plena tierra.
Ha sido así que he aprendido a enterrar cercanas bulbosas a crecimiento escalonado a lo largo del año. Como en esta maceta donde he puesto los narcisos, los gladíolos, los cólquicos otoñales, y azafrán dorado y los crocus.
Hay solo un pequeño inconveniente que, cuando están comenzando a germinar los gladíolos, la maceta está llena de hojas de los narcisos..... no se preocupen! las peinamos y hacemos tantas trenzas que ataremos a la punta con una misma hoja de los narcisos.
Y, agradeciendo a mis dos colaboradores que me han ayudado en esta operación, los gladíolos tienen todo el espacio y la luz para emerger y donarnos sus hermosas flores.
BUEN TRABAJO!!!!
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