Es todo otro sabor y una distinta digestibilidad, y considero esto, poniéndolo en la balanza, una excelente recompensa frente al trabajo de tener que refrescarlo cada semana (recordando sacarlo de la heladera 2 horas antes!!!) y tener que esperar muchas horas más para que leuden las preparaciones.
Ayer hice unos Maritozzi, unos sabrosos y esponjosos bocadillos dulces, típicos de la cocina Romana rellenos con crema de leche batida.