30 noviembre 2015

leyenda de la yerba mate


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Hoy en Argentina es el día nacional del mate...... y para honrarlo repaso con tanto placer las historias que narran del nacimiento de esta hierba preciosa y de su simbología de amistad.



Cuenta la leyenda guaraní que Yací, la luna, era muy curiosa de poder ver de cerca la selva impenetrable que por las noches iluminaba.
Fué así que un día, junto con su amiga Araí, la nube, se trasformaron en mujeres y finalmente Yací pudo penetrar a través de tanto verde follaje y apoyar sus pies en la tierra, acariciar con sus manos las aguas cristalinas del río, observar las aves mientras picoteaban de flor en flor y oler la fragancia de cada una de ellas.


Foto tomada de internet
Absortas, las dos diosas, no escucharon los pasos afelpados del yaguareté que las venía siguiendo.
Justo en el momento del ataque, el animal fue alcanzado por una flecha disparada por un hombre anciano que les fue en auxilio. Quién, para dar a las dos jóvenes descanso y amparo para la noche, les ofreció su hospitalidad.
Al llegar a la cabaña y mirando a sus alrededores, Yací y Araí, se quedaron tan sorprendidas en ver que no habían otras chozas, era completamente aislado de toda tribu y se denotaba no solo la soledad sino también la pobreza en donde vivía el anciano indio junto a su esposa y a su hermosa y bondadosa hija. La cual ofreció a las dos jóvenes unas tortas de maíz, las únicas que quedaba a la familia como alimento.  
Al día siguiente, Yací y Araí, se despidieron agradeciéndolos de todas las atenciones recibidas.

Foto tomada de internet

En los días siguientes Yací continuaba a pensar en como corresponder tanto favor, hasta que una noche volvió a bajar a la tierra y sembró alrededor de la choza semillas celestes que mojadas por la llovizna, que dejaba caer Araí, brotaron dando vida a unos árboles desconocidos con flores blancas que se asomaban tímidamente entre el verde follaje.
Al despertarse el anciano indio y su familia se quedaron maravillados al ver el prodigio que se había producido alrededor de su choza y no lograban comprender lo sucedido. Hasta cuando no apareció Yací en forma de mujer confesándoles quién era ella realmente, la diosa que habita en la luna, y que aquel era el regalo que les donaba junto a Araí por haber salvado sus vidas y por la generosidad que habían tenido con ellas.


"Una vez tostadas y molidas las hojas de esta planta, llamada caá, prepararan una infusión que constituirá para siempre un símbolo que acercará los corazones y ahuyentará la soledad. Tu hija vivirá en eterno y jamás perderá ni su inocencia ni la bondad de su corazón. Ella será la dueña de la yerba"

Y desde entonces se narra que, algunas veces, suele verse una joven hermosa pasear entre los yerbales. 

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