Admiro y aprecio a todos los que demoran y transitan por mi granja, y la verdad que en estos días han tratado de sorprenderme siempre más, pero sin ofender o disminuir a ninguno de ellos, tengo que reconocer que el espectáculo que, hoy a la tarde, se presentó sobre mi cielo fue mágico, uno de esos acontecimientos que te dejan sin habla, donde no existe ni tiempo, ni lugar, y te sentís así tan chiquita en la inmensidad de la naturaleza.... y no pude hacer otra cosa que quedarme atónita y asombrada debajo de la lluvia...donde el único rumor, más allá de alguna expresión de sorpresa de mi parte, era el movimiento de las alas al unísono. .
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