El verdadero Limoncello nace en la región de la Campania sobre el mediterraneo y su paternidad se la pelean entre los habitantes de Sorrento, de Amalfi y de Capri, que se lo han transmitido de generaciones en generaciones; pero una cosa es más que segura que para hacer un Limoncello original son necesarios los limones de la península de Sorrento y quien tubo la suerte de recorrer esta zona sabe bien el porqué: mar, sol y tantos perfumes mezclados con el aroma y el color de los limones.
Pero bueno, nosotros nos contentaremos de hacerlo con los limones de nuestra zona. Dos cosas serían fundamentales: conseguir limones que no sean tratados con productos químicos y que tengan una cáscara más bien gruesa.
Ahora veamos los ingredientes que nos servirán:
4 limones; 400 gr. de azùcar, ½ litro de alcohol puro a 95°; 1 litro de agua.
Comencemos con lavar bien los limones, podemos ayudarnos delicadamente con un sepillo. Hay quien usa dejarlos en remojo por unos minutos en agua con una pizca de bicarbonato sódico. Los secaremos bien e iremos a comenzar con la parte más importante y fundamental para obtener un buen resultado: con un cuchillo bien afilado iremos a cortar solo la parte amarilla de la cascara que pondremos en un recipiente, rigurosamente de vidrio, y encima le volcaremos el alcohol. Mezclamos bien, cubrimos y lo haremos macerar por unos 10 días en un lugar fresco y oscuro.
Cada uno tiene su idea de como cubrir el recipiente: quien elige un recipiente con cierre hermético; quien lo cubre con un paño y quien con el film de plástica.
Cualquiera sea el modo lo importante será agitar, una vez al dìa, la infusión. Veremos que cada dìa que pasa el alcohol se volverá siempre más amarillo y nuestros limones siempre más blancos.
Pasado los 10 días lo iremos a filtrar y prepararemos el jarabe:
Haremos hervir el litro de agua e iremos incorporando los 400 gr de azùcar revolviendo hasta cuando no se derretirá completamente, apagamos el gas y lo dejamos enfriar.
A este punto mezclaremos lentamente el alcohol filtrado con el agua y azùcar preparado y lo haremos amalgamar bien. Con la ayuda de un embudo, embotellaremos nuestro licor que dejaremos descansar por una semana siempre en un lugar fresco y oscuro.
Pasado este tiempo tendremos finalmente nuestro limoncello listo para ser bebido, el consejo es de ponerlo en la heladera o nevera (como la llamen) algunas horas antes: el limoncello va bebido bien frío.
Si me permiten otro consejo, dejen alguna copita de aparte que les servirá, junto con la crema de limoncello que les enseñaré y las frutillas que han obtenido, para hacer una rica receta que les daré más adelante!!!
Cin Cin.
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