Regresé de un viaje cargada de lagrimas que aún se agotaban.
Sumergida en un silencio de risas, miradas y charlas lejanas,
mientras enredaba entre mis manos la añoranza y la distancia.
Aterrizando, lentamente después, en una falta de abrazos y de besos
que iba creando en mi entorno, aún más, aislamiento y lontananza
mezclada esta vez a angustia e incertidumbre.
Descubriendo poco a poco que, TODOS, estábamos adormeciéndonos
en una vasta noche sin luna ni estrellas que nos alumbrara.
Ingeniándonos y aprendiendo, cada uno, a iluminar su rostro
para ser reconocidos, a lo lejos, por nuestros seres queridos.
Creando puentes que nos permitieran comunicar.
Ya no con las palabras, sino más bien, con el alma,
Aprendiendo a acariciarnos dulcemente
a través de sonrisas brillantes reflejadas en los ojos.
Y fue entonces que mis lágrimas dejaron de caer:
Estábamos de nuevo todos unidos,
despertando en el mismo amanecer.
Admirando el alba tomados por la mano.
Mientras, a lo lejos, resonaban las notas de una canción
que nos ha acompañado en otros momentos duros:
No estamos solos, no estamos solos
Mañana, mañana lo sé, que se pasa el confín
y de nuevo la vida parece hecha para tí
y comienza... mañana...
Mañana llegará y todo recomenzará
Mañana, mañana lo sé, que se pasa el confín
y de nuevo la vida parece hecha para tí
y comienza... mañana...
Mañana llegará y todo recomenzará
buen blog
ResponderBorrarTe agradezco por tu comentario y te deseo de poder encontrar en las varias paginas del blog temas que te interesen. Personalmente pero me queda siempre esa curiosidad de conocer el nombre de quién me escribe... espero de encontrarlo la proxima.
BorrarAdriana